lunes, 17 de diciembre de 2012

Alzo Sereno





















Este lienzo pertenece a una serie de cuadros que realicé durante
la " adolescencia", era el 1986 tenía 14 años y acababa
de morir  mi padre...

Una floristera empezó a hablarme de"el sol de los muertos" se trataba
de un sol pálido, borroso, mortecino, distorsionaba todo lo alumbrado...

Con el tiempo decubrí que ese sol no existía en sí, sino que era fruto de
nuestros ojos cansados por llorarle a los que se marchaban.

Fui a mi casa y pinté las flores, un enorme reloj y un gallo portugués que
estaban inspirados en adornos que tenía mi madre colgados en la cocina.
Siempre que moría alguien me ocurría igual, me daba por observar objetos
que había en mi casa y hacía el ejercicio de compararlos, encontrando una
abismal diferencia entre un antes y un después.

domingo, 10 de junio de 2012

La esperanza




















De uno depende que su dolor sea de agonia o de parto.
El dolor no se puede impedir, pero si se puede lograr que no
nos aniquile.
"El dolor y la muerte" el conocimiento es un amigo mortal.

Ocaso





















Con esta obra finalizo la etapa de la " No Fetiche ".
No estuvo nada mal creerse por un tiempo lo que una no era.

sábado, 14 de abril de 2012

Vida y obra de la " No fetiche"




















"Los higos caen de los árboles, son buenos y dulces: y, conforme
caen, su roja piel se abre. Un viento del norte soy yo para
higos maduros."
 Así habló Zaratustra. Friedrich Nietzsche. 

domingo, 4 de marzo de 2012

martes, 21 de febrero de 2012

Recuerdos


"Allí está la isla de los sepulcros, la silenciosa; allí están también los sepulcros de mi juventud. A ella quiero llevar una corona siempre verde de vida".
Así habló Zaratustra     Friedrich Nietzsche


sábado, 11 de febrero de 2012

La hora sin sombra







Estas que fueron pompa y alegría
despertando al arbor de la mañana
a la tarde serán lástima vana
durmiendo en brazos de la noche fría. 
Este matiz que al cielo desafía,
Iris listado de oro, nieve y grana,
será escarmiento de la vida humana:
¡tanto se emprende en término de un día!
Al florecer las rosas madrugaron,
y para envejecerse florecieron:
cuna y sepulcro en un botón hallaron.
Tales los hombres su fortuna vieron:
en un día nacieron y expiraron,
que pasados los siglos horas fueron.

P. Calderón de la Barca.